Evaluación psicológica
La evaluación psicológica es un proceso que pretende analizar diversas características psicológicas de una persona, como las emociones, la cognición, la motivación, la personalidad, la atención, la memoria, la percepción y las habilidades sociales.
Es un enfoque integral que implica el uso de múltiples técnicas, como tests, dinámicas, entrevistas, observaciones y análisis de documentos, que permiten al psicólogo confirmar (o no) las hipótesis iniciales sobre el paciente.
Este proceso requiere conocimientos técnicos y clínicos especializados y debe ser realizado por profesionales cualificados.
No se trata sólo de interpretar los resultados y compararlos con los valores normativos, sino de integrar estos datos en una visión completa del individuo evaluado.
A menudo, la evaluación psicológica sirve de base para futuras orientaciones y derivaciones, tanto para la propia persona como para las instituciones que solicitan este servicio.
La gama de evaluaciones psicológicas es amplia y puede abarcar desde la medición del cociente intelectual hasta la comprensión de dinámicas psicológicas más profundas.
El proceso suele durar entre tres y cuatro sesiones, dependiendo del objetivo de la evaluación.
EVALUACIÓN PSICOLÓGICA INFANTIL
En el caso de la infancia, el desarrollo de los niños presenta retos y momentos de gran descubrimiento tanto para los padres como para los educadores.
Estos retos pueden generar dudas sobre el impacto de las experiencias en el desarrollo emocional y cognitivo de los niños.
En estas situaciones, puede ser necesaria una evaluación psicológica infantil para proporcionar respuestas más detalladas y precisas.
La evaluación infantil se estructura en fases, adaptadas a la finalidad de cada caso concreto.
Suele constar de cuatro sesiones, que incluyen entrevistas clínicas con los padres o cuidadores, el uso de pruebas psicométricas (como el WISC, el WPSSI-R o el Griffiths) y pruebas proyectivas (como el CAT o el dibujo infantil), así como la devolución de los resultados al final del proceso.
Este tipo de evaluación es esencial no sólo para proporcionar al niño un asesoramiento específico, sino también para ayudar a padres y educadores a comprender mejor el desarrollo infantil. Al proporcionar una visión detallada de las competencias y retos del niño, la evaluación psicológica infantil contribuye a un apoyo más eficaz y adaptado a sus necesidades individuales.