Preguntas frecuentes  

Todas las edades son adecuadas, y la intervención se adapta a la edad del paciente/cliente.

La duración de una sesión de psicoterapia depende sobre todo del ritmo y los objetivos del cliente/paciente. Estos matices siempre se abordarán en las primeras sesiones.

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El malestar psíquico no tiene por qué estar asociado a una patología concreta.

Puede aparecer en determinados momentos de la vida de una persona, relacionados con situaciones de mayor estrés cotidiano, como una relación amorosa inestable, una situación profesional conflictiva, entre otras, o también puede derivarse de episodios puntuales, como un embarazo, un duelo, un accidente grave, etc.

Independientemente de lo que lo desencadene, sentirse psicológicamente inquieto y/o cierta somatización de los síntomas, como arritmias cardiacas frecuentes o dolores de cabeza, podrían ser signos reveladores de la necesidad de una consulta de psicología clínica. Además de estas causas, también existe la necesidad de una psicoterapia para llegar a un conocimiento más profundo de uno mismo.

Hay varias razones que pueden llevar al malestar con el terapeuta o al abandono de la terapia.

Puede haber falta de empatía entre el profesional y el cliente, lo que dificulta la relación terapéutica; falta de identificación con el método; inseguridad en relación con la ética profesional; o incluso resistencia a los retos del proceso.

Es natural que haya psicólogos/psicoterapeutas con los que te sientas más cómodo que con otros, con los que sientas más empatía.

Se trata de una parte esencial de la relación terapéutica y debe tenerse en cuenta al elegir a un profesional.
Puedes hacer todas las preguntas que consideres pertinentes cuando te pongas en contacto con el profesional, de modo que puedas avanzar con mayor confianza.

Si no estás seguro de cuál es el mejor planteamiento para ti, puedes solicitar una sesión inicial de aclaración y ayuda como parte de tu consulta, para orientarte hacia el siguiente curso de acción.

El método de evaluación psicológica puede utilizarse cuando lo solicite un tercero.

La psiquiatría es un enfoque más mecánico de la salud mental, dirigido a minimizar los síntomas mediante el uso de medicación.

Las intervenciones psicológicas , en cambio, tratan de llegar a las causas profundas de los problemas que generan esos síntomas.

Sin embargo, siempre que exista un sufrimiento psicológico importante, es importante que se comprenda y se trate mediante asesoramiento psicológico. Al establecer una relación terapéutica, los conflictos psicológicos pueden comprenderse de modo que se logre una mayor armonía intrapsíquica.

La medicación, en cambio, puede permitir una pausa en el síntoma, que aunque a veces es necesaria, cuando no coexiste con el abordaje psicológico deja sin tratar el origen del problema.

Aunque a veces se presenta otro escenario, la evaluación e intervención psiquiátrica puede ser necesaria en situaciones concretas o casos de mayor gravedad, pero con un objetivo específico y complementario al trabajo realizado en el contexto de la terapia, siendo una herramienta útil para ayudar al paciente a estabilizarse.
Hay que subrayar que, en estos casos, siempre es necesario seguir explorando y trabajando sobre el síntoma y sus causas, aunque la medicación permita «soportarlo mejor», no deja de existir.

Tanto la intervención psicoterapéutica como la psicología clínica tienen la misma finalidad.

Ambos abarcan todo el espectro de problemas psicológicos.

La diferencia es que la psicoterapia es una intervención más profunda.

Los psicoterapeutas también son psicólogos clínicos, pero tienen más formación.

Cuando se trata de terapia para niños, son los padres o los profesores quienes deben comprobar si el asesoramiento es adecuado.

Los motivos difieren de los de los adultos. La recurrencia de comportamientos inusuales (agresividad, conducta antisocial, encapsulamiento, entre otros), el fracaso escolar constante o el malestar personal son los síntomas de alerta para una primera visita de exploración.

Es importante tener en cuenta que resolver ciertos problemas a una edad temprana evita que estas organizaciones psicológicas se conviertan en patologías más graves en el futuro.

El objetivo de un proceso terapéutico es «provocar» la independencia.

En otras palabras, toda la construcción de la relación terapéutica tiene como objetivo que el cliente/paciente adquiera una mayor conciencia de sí mismo, lo que se reflejará en la potencialización de sus capacidades.

 Preguntas frecuentes  

Cuando se trata de terapia para niños, son los padres o los profesores quienes deben comprobar si el asesoramiento es adecuado. Las razones difieren de las de los adultos. La recurrencia de comportamientos inusuales (agresividad, conducta antisocial, encapsulamiento, entre otros), el fracaso escolar constante o el malestar personal son las señales de alarma para una primera visita de exploración. Es importante destacar que resolver ciertos problemas a una edad temprana evita que estas organizaciones psicológicas se conviertan en futuras patologías más graves.

Todas las edades son adecuadas, y la intervención se adapta a la edad del paciente/cliente.

La duración de una sesión de psicoterapia depende sobre todo del ritmo y los objetivos del cliente/paciente. Estos matices siempre se abordarán en las primeras sesiones.

Las sesiones pueden ser en inglés o portugués / Sí, es posible.

El malestar psíquico no tiene por qué estar asociado a una patología específica. Puede surgir en determinados momentos de la vida de una persona y estar relacionado con situaciones de mayor estrés cotidiano, como una relación amorosa inestable, una situación profesional conflictiva, entre otras, o también puede derivarse de episodios puntuales, como un embarazo, un duelo, un accidente grave, etc. Independientemente de lo que lo desencadene, sentirse psicológicamente inquieto y/o cierta somatización de los síntomas, como arritmias cardiacas frecuentes o dolores de cabeza, podrían ser signos reveladores de la necesidad de una consulta de psicología clínica. Además de estas causas, también existe la necesidad de psicoterapia para lograr una comprensión más profunda de uno mismo.

La intervención utilizada se decidirá en función de la solicitud del cliente. Inicialmente, se realiza una consulta de psicología clínica para determinar la necesidad de asesoramiento psicoterapéutico. El método de evaluación psicológica puede utilizarse cuando lo solicite un tercero.

Siempre que exista un sufrimiento psicológico importante, es importante que se comprenda y se trate mediante asesoramiento psicoterapéutico. Es a través de la relación psicoterapéutica como pueden comprenderse los conflictos psicológicos, lo que da lugar a una mayor armonía intrapsíquica. La medicación sólo proporcionará un respiro a un síntoma concreto, dejando sin tratar el origen del problema. Aunque a menudo se venda otro escenario en los medios de comunicación, sólo en situaciones más graves o en urgencias puntuales debe utilizarse el complemento psiquiátrico, que representa, en su caso, una herramienta útil para ayudar al paciente a estabilizarse.

El objetivo de un proceso terapéutico es «provocar» la independencia. En otras palabras, toda la construcción de la relación terapéutica tiene como objetivo que el cliente/paciente adquiera una mayor conciencia de sí mismo, que se reflejará en la potencialización de sus capacidades.